Aquí trobem un estudi realitzar sobre l'ús i abús de les TIC
Se elaboró un primer cuestionario piloto en que constaban preguntas referidas a datos sociodemográficos: edad, sexo, convivencia familiar, datos académicos, actividades extraescolares, uso del tiempo libre, etc.; datos cualitativos y cuantitativos referidos al uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC): autopercepción del uso de las TIC y Valoración de diversos aspectos de autopercepción personal. Todas estas cuestiones se elaboraron a partir de un estudio previo realizado sobre los historiales de jóvenes con problemas de adicción a sustancias que habían sido tratados en Proyecto Hombre Burgos. Dicho cuestionario se aplicó a una pequeña muestra de sujetos de características similares a la población estudiada. Esta muestra no se incluye en la muestra defi nitiva, se elaboró un segundo cuestionario piloto que se aplicó a varios grupos de clase de diferentes niveles educativos, y a partir de las correcciones oportunas se elaboró el cuestionario definitivo.
Resultados
Como ya hemos comentado, el estudio es muy amplio y abarca a todos los grupos de edad escolar y modalidades, sin embargo nosotros sólo vamos a hacer mención a los aspectos de autopercepción y valoración de diferentes aspectos principalmente centrados en la muestra de Garantía Social.
Con el fin de analizar el signifi cado que presentan las diferentes tecnologías para los sujetos de la muestra estudiada, se les pidió que calificaran algunos aparatos en función de lo que significan para ellos. Los datos obtenidos permiten aproximarnos a un cierto nivel de dependencia y abuso, de todos los alumnos en general, (sentirse muy mal sin ello) en el caso de no poseerlo.
Los resultados señalan que el 42% de los jóvenes afirman sentirse muy mal sin teléfono móvil, el 34% sin conexión a Internet, un 30,6% sin ordenador, el 25,5% sin posibilidad de utilizar MP3 o similares, un 21,4 % sin televisión, el 15,1% sin videoconsola y un 1,7% sin otros aparatos. Destacamos que excepto en la videoconsola, y el radiocasete y/o cadena musical, el resto de las tecnologías presentan puntajes cercanos o superiores al 25 % de la muestra estudiada. En todos los casos también se alcanzaron altos porcentajes en cuanto a la valoración de resultar aparatos o recursos interesantes y divertidos, destacando la televisión y el ordenador con puntajes del 56,8% y 49,5% respectivamente, y porcentajes superiores al 25%, la conexión a Internet (41,2%), videoconsola (32,3%), el teléfono móvil (27,6%), MP3 o similares (38,3%) y el radiocasete, cadena musical (30,5%). Valoraciones como, aburrido, inútil o molesto, presentan menores porcentajes en todos los aparatos en general. Y la videoconsola, el MP3 o similares, el teléfono fi jo y la cadena musical o radiocasete, son las más señaladas como aparatos superfl uo, y/o indiferente.
Con respecto al nivel educativo y edad de los jóvenes que afi rman sentirse muy mal sin la posibilidad de utilizar los aparatos mencionados, cabe destacar que son los alumnos de Garantía Social (16-19 años) los que presentan las mayores puntuaciones en cuanto a su nivel de frustración –ya que se sentirían muy mal sin tenerlos o poder utilizarlos– en casi todos los aparatos, excepto en el teléfono fi jo (16,7%) y la videoconsola (11,1%). Destacan los altos porcentajes observados en estos alumnos al expresar que se sentirían muy mal sin el móvil (66,7%), ordenador y televisión (47,4%), y MP3 o similares, cadena musical (42,1%) y conexión a Internet (44,4%). Sin entrar a profundizar en las causas, parece que existe cierta relación entre “la necesidad” que sienten hacia estas tecnologías y la situación de desventaja académica de éstos.
El análisis de la percepción de sentirse mal sin poder utilizar los diferentes aparatos relacionada con el sexo de los alumnos, arrojan las mayores diferencias en la utilización de la videoconsola (5,7% de mujeres frente al 23,8% de varones) en el sentido contrario, la percepción de sentirse mal o muy mal si carecen de ordenador y conexión a Internet es bastante similar en ambos sexos.
Conclusiones del estudio
Los resultados de dicha investigación demuestran la gran cantidad de tiempo que los jóvenes encuestados dedican a cada uno de los aparatos electrónicos, en total 36,33 horas a la semana. Es evidente que las nuevas tecnologías se usan de una forma continuada, incrementándose su uso día a día.
En cuanto a los diferentes soportes tecnológicos (teléfonos móviles, Internet, juegos, etc.), podemos destacar que el uso de todas estas herramientas es mayoritario, e incluso puede considerase como masivo entre algunos colectivos. A este respecto, un dato relevante que se desprende de la investigación es que la mayoría de los encuestados (el 85,8%) manifiesta tener dos, tres o más televisores en casa. También es muy significativo que tan sólo un 0,05% no posea ninguna televisión. Entre los alumnos de Ciclos Formativos de Grado Medio y Ciclos Formativos de Garantía Social, el uso de todas estas herramientas llega al 96%. A este hecho se suma que la media de visualización de televisión es de 15 horas y 45 minutos a la semana por persona, lo cual nos lleva a pensar que la influencia de la televisión en el hogar es considerable.
En cuanto al uso de la informática, destacar que la mayor parte de los jóvenes encuestados (el 87,5%) tienen uno o dos ordenadores en su casa. Debemos añadir aquí que, ante la pregunta de “cómo se sentirían sin ordenador”, un 30,7% manifiesta que se encontraría mal. Este dato conduce a interpretar que en estos casos no hay una relación normalizada con las nuevas tecnologías y en este sentido la informática en general juega un papel “excesivamente importante” en sus vida. En esta línea, señalar que son los varones los que más lo utilizan, uno de cada tres (34,4% frente a 26,5% en chicas), y que un 3,8% navega más de 10 horas por Internet a la semana. El 75,5% de los encuestados disponen de conexión a Internet y los alumnos que menos disponen de conexión a Internet en sus casas son los que cursan Garantía Social (42,1%).
Por lo que respecta al uso de los teléfonos móviles, debemos destacar que si sumamos todas las llamadas: 11,37 llamadas al móvil a la semana, más 25,63 llamadas perdidas, más 9,78 mensajes al móvil, y más 9,53 llamadas al fi jo, nos da una media de 56,31 llamadas a la semana, o lo que es lo mismo 8 al día. No deja de ser singular que de los datos obtenidos al analizar la opción “me sentiría muy mal sin ello”, el 42% de los alumnos manifi esta que es el teléfono móvil el aparato del que más les costaría desprenderse, utilizándose no sólo como medio de comunicación sino también para escuchar música, hacer fotos, etc.
A la vista de los resultados de esta investigación, es evidente que la utilización de nuevas tecnologías es una constante y casi una “necesidad” en nuestra vida cotidiana, de ahí que los centros educativos no deban permanecer al margen de ello. Nuestra propuesta es que dentro de la fi losofía de la escuela inclusiva y centrándonos de modo especial en alumnos de Garantía Social (o alumnos de los Programas de califi cación profesional inicial) rentabilicemos las posibilidades de los materiales tecnológicos para integrarlos en la práctica educativa de un modo coherente; entendiendo que los alumnos dominan su manejo, busquemos alternativas que favorezcan 1º) un uso racional y crítico de estos recursos y 2º) una utilización contextualizada en el aula con fines educativos, es decir, usemos estas estrategias al servicio del proceso de enseñanza-aprendizaje.
En definitiva, entendemos que una adecuada utilización de las TIC en el ámbito educativo, y aprovechando la proyección social que tiene, puede contribuir al desarrollo de una escuela inclusiva integradora. A este respecto, entre el alumnado de Garantía Social (objeto de esta investigación), el uso y a veces abuso demostrado de estos medios puede canalizarse para favorecer la inclusión en nuestros centros educativos, y por qué no en la sociedad.
Raquel de la Fuente Anuncibay es Decana de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos (UBU). Profesora Titular de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Burgos. Doctora en Pedagogía. Licenciada en Psicología. Es orientadora en Excedencia. Co-Directora del Master de salud Mental Social de la Universidad de Burgos. Sus líneas de investigación son discapacidad, orientación y empleo.

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